Rozalén – El día que yo me muera
En esta época del año en la que recordamos a las personas que nos han dejado, me vienen a la cabeza pensamientos sobre cómo afrontar la propia muerte.
Si hay algo cierto, es que todos moriremos en algún momento. Y no siempre la muerte avisa. Yo sólo espero no sufrir mucho al hacerlo. Eso sí, hasta que llegue ese día pienso disfrutar todo lo que pueda (dentro de mis posibilidades). Muchas veces dejamos pasar el tiempo pensando que es infinito o no cogemos ciertos trenes pensando que «ya vendrán otros». Pero realmente no sabemos cuál será nuestro último día en este mundo ni el último día de aquellos a los que queremos (recientes acontecimientos lo avalan). ¿Tienes algún plan?
El día que yo me muera quiero una fiesta. Quiero que la gente que formó parte de mi vida se reúna y se divierta, que es lo que a mí más me gusta hacer. En cierta forma sé que estaré ahí con ellos, no me resisto a una quedada con amigos.
Es por esto por lo que esta canción me representa tanto. En ella Rozalén trata la muerte como algo inevitable sólo por el hecho de estar vivos. Ella misma dice que quiere abrazarla desde el cariño con toda la seriedad y el humor que merece.
Como ella dice también (y ya lo decían los antiguos egipcios), «el recuerdo será el que nos mantendrá inmortales». Es decir, viviremos siempre que vivamos en el recuerdo de las personas que amamos y nos amaron.
Rozalén es una cantautora y compositora española (de Albacete) que estudió Psicología en la Universidad de Murcia y realizó un máster en Musicoterapia. Tiene experiencia con personas en riesgo de exclusión y siempre se ha caracterizado por su gran compromiso social, lo que suele reflejarse en sus canciones. Eso sí, no todas sus canciones son manifiestos ideológicos, también le gusta escribir sobre temas más ligeros y no por ello son menos exitosos. Su dulzura y su autenticidad siempre salen a borbotones de sus canciones. Por eso el público en general le tiene tanto cariño y muchos artistas buscan su colaboración tanto componiendo como interpretando. Tiene un Goya a la mejor canción original por «Que no, que no» (otro temazo suyo) para la película «La Boda Rosa» de Icíar Bollaín. Recientemente ha recibido también el premio Nacional de Músicas Actuales 2021 concedido por el Instituto Nacional de las Artes Escénicas y la Música. Además, en todas sus actuaciones lleva a Beatriz Romero, experta en lengua de signos, quien complementa su espectáculo haciendo de intérprete de sus canciones para las personas sordas. En resumen, Rozalén es muy grande no sólo como artista sino también como persona.
En esta canción con sabor a cumbia, Rozalén pretende dejar constancia de lo que le gustaría que ocurriese el día que deje este mundo.
Mi conclusión es que a veces tenemos que seleccionar muy bien las batallas en las que nos metemos para no pelear más de lo necesario y cuidar con cariño lo que amamos. Ser feliz debe ser una prioridad y también conseguir que no pase un día sin haber sonreído.
Y tú ¿Cómo afrontas la muerte? ¿Y la vida?
Me encantará saber tu opinión sobre este tema.
Bonita publicación, acompañada con una voz que me encanta
Gracias Adolfo. Sí, Rozalén es una tipaza en todos los sentidos.
Que contraste de ritmo y tema propuesto. Con qué entereza y realismo se afronta un tema tantas veces tabú. Me ha gustado mucho. Y qué chulo eso que dice pero que difícil de cumplir que cuando alguien que quieres se va, no sufras su ausencia. El corazón manda y es inevitable. Yo afronto la muerte de un modo menos dramático aunque cuando pienso en ella es un poco inquietante sobre todo por la incertidumbre. El año pasado pensé más en profundidad en ella y he escrito del tema. Forma parte de un ciclo y lo importante es que mientras estemos vivos vivamos, que sobrevivir es más triste…
Bueno, cuando se siente la muerte cerca, bien sea en tus propias carnes o en las de los que quieres, ciertas conexiones de nuestro cerebro se modifican para hacernos plantearnos muchas cosas.
Toma Moni, para tus seguidores y para ti.
En la posada de las ánimas,
El descanso es doblemente eterno,
Soy un espectro roto en lágrimas,
Ebrio sin poder sentirse enfermo.
Quiero estar con mi amor,
Deseo volver a la vida,
Esto no agrada al Segador,
Que rechaza mi salida.
Los espíritus más veteranos,
Aun conociéndome mucho rato,
Mis huesos muelen ufanos,
Tratándome cual ente novato.
Tratan de agradar a la Muerte,
Y abandonar ellos el purgatorio,
Conseguir un trato deferente,
Atormentándome desde mi velatorio.
Cariño te echo de menos,
No lo dije en vida,
Debí demostrar más apego,
Ahora no tengo salida.
En la lápida un justo epitafio:
Aquí yace fulano de tal,
Rufián, malvado y zafio,
Que todo lo hizo mal.
Ruego a todos una oración,
Por un arrepentido finado,
Os pido a todos perdón,
Lamento si os he fallado.
Gracias Víctor, me encantan tus escritos. Si alguna vez quieres tener tu propio post, aquí tienes tu casa. Besos a raudales!